¡ALERTA! LA CONTAMINACIÓN AMBIENTAL DETRÁS DE LA ENTREGA DE TUS COMPRAS EN LÍNEA

El comercio electrónico se ha disparado en los últimos años, sobre todo después de la pandemia por el COVID-19, las preferencias de consumo de los usuarios han cambiado. El e-commerce está generando mayor contaminación ambiental que las ventas en las tiendas físicas, específicamente en la cantidad de plásticos y empaques o embalajes utilizados, y en las emisiones de dióxido de carbono que genera el reparto de última milla; lo que ha comenzado a preocupar a la población.

Gracias a un estudio realizado por la organización Oceana México, sabemos que “el gasto por gestión de plásticos innecesarios provenientes del comercio electrónico fue de 53 millones 446 mil 474 pesos” (Santamaría, V., 2023, párr.3). Esta suma podría ser mejor invertida apoyando a instituciones u organizaciones que busquen combatir el cambio climático.

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¿Qué está pasando?

Como se mencionaba en párrafos anteriores, el uso de plásticos y cartones para el empaque de los productos ha incrementado drásticamente; esto se debe a que pese que los productos ya vienen empacados, los gigantes del e-commerce como Amazon, Mercado Libre, entre otros; los re empaquetan para sus envíos.

Los plásticos y empaques utilizados en el re empaquetado del e-commerce son innecesarios, tanto que los usuarios finales los desechan, no se reciclan y estos se convierten en pequeños microplásticos que contaminan el ambiente. Con tan solo las almohadillas de aire que usaba para el embalaje de sus artículos Amazon, en el 2020 utilizó tantas que serían suficientes para darle la vuelta al mundo más de 600 veces.

Otro de los problemas ambientales del e-commerce lo observamos en el reparto de última milla. Años anteriores observábamos camiones de carga completa llegar a los puntos de venta físicos o tiendas físicas a entregar la mercancía, y los usuarios finales acudían a estos puntos de venta a realizar sus compras. Sin embargo, hoy en día vemos miles de camiones y vehículos de reparto semi llenos o casi vacíos, realizando entregas a domicilio y generando una cantidad exhorbitante de emisiones de dióxido de carbono.

Estudios revelan que el reparto de última milla es responsable del 25% de estas emisiones. A medida que continuamos avanzando en la era digital, es imperativo que la industria de la última milla evolucione encontrando un equilibrio entre la eficiencia, la conveniencia y la sostenibilidad, para poder garantizar un futuro en el que la última milla sea un componente armonioso y beneficioso de nuestra sociedad globalizada.

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¿Cómo podemos solucionarlo?

La solución no se encuentra en invitar a las tiendas digitales y a los gigantes del comercio electrónico a sustituir sus empaques y embalajes por productos más ecológicos y biodegradables, ya que al final del día estos también están contaminando, son innecesarios y no se estaría viendo reflejado casi en nada.

Para frenar la contaminación ambiental por el comercio electrónico es necesario que se imponga mediante una ley, la prohibición del uso de plásticos innecesarios para el empaque y embalaje. Países como Colombia, China, Chile e India han logrado eliminar el uso de plásticos en el comercio electrónico, y es momento que México se posicione en esa lista.

En cuanto al tema del reparto de última milla, los avances tecnológicos han comenzado a apoyar la reducción de las emisiones de dióxido de carbono. La venta y el uso de vehículos eléctricos en zonas urbanas y residenciales es cada vez más común, los cuales generan un menor impacto en la contaminación ambiental.

Ciertos países como Italia, Reino Unido y Estados Unidos están trabajando arduamente por la implementación de drones para la entrega de última milla a finales del 2024. De la mano con Prime Air, los clientes de Amazon podrán elegir la opción de que sus paquetes sean entregados por un dron.

El uso de drones para los repartos de última milla nos ayuda a reducir el número de rutas que deben realizar los camiones de reparto al día y que generan cientos de emisiones de dióxido de carbono al día.

El e-commerce tiene un gran reto que enfrentar, y se necesita del apoyo de leyes gubernamentales o estímulos fiscales que exhorten a las empresas dedicadas a las ventas en línea que eliminen el plástico en sus entregas e implementen nuevas tecnologías en su reparto de última milla que contribuyan a que nuestro país llegue al cero neto en un futuro a corto/mediano plazo.

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