¿EN QUÉ VA LA ELECTRIFICACIÓN DEL TRANSPORTE MARÍTIMO?
Los buques eléctricos presentan la evolución de la tecnología y la sostenibilidad en el mundo actual. Debido a los constantes cambios sociales, es imperante hacer un análisis sobre la contaminación ambiental marítima y cómo podemos sumar al cambio tecnológico en busca de una reducción de emisiones.
El impacto ambiental que está causando el transporte marítimo comienza a alarmar a la industria, sobre todo por las congestiones causadas el mes pasado en los puertos del país vecino, Estados Unidos, en los cuáles duraron horas los barcos sin poder arribar al puerto emitiendo gases de efecto invernadero a causa de una huelga.
La propuesta de buques eléctricos es igual de positiva y desafiante como la transición de vehículos terrestres eléctricos. Se tienen desafíos como la infraestructura anticuada, los altos costos de inversión, pero sobre todo, la resistencia general por parte del sector.
Actualmente, el estudio The State of the Industry Report 2024 presentado por la Digital Container Shipping Association, menciona que el 43% de los socios de la industria marítima aseguran tener un fuerte compromiso con reducir su impacto ambiental, sin embargo, estos se enfocan en prácticas como la optimización de rutas y la reducción de papel, sin querer apostar en la inversión de una flota eléctrica. Estas empresas buscan que la competencia sea quien dé ese primer salto y ver los beneficios o retos que tome la modernización de su flota.
Costos en los buques eléctricos
Aunque la implementación de una flota eléctrica requiere grande esfuerzo económico, la reducción de costos será uno de los favoritos para aquellas compañías que involucren buques eléctricos en sus cadenas de suministro.
Un estudio realizado por Deloitte, asegura que el mantenimiento de un barco eléctrico llega a ser hasta un 30% menor que el de un barco tradicional, ya que los motores eléctricos cuentan con menos piezas móviles que los motores de combustión y no demandan tanto servicio como los barcos tradicionales.
Aunado a esto, el ahorro de costos por combustible es significativo en las cadenas de suministro gracias a que la electricidad es más barata que los combustibles fósiles.
Un ejemplo lo encontramos en BYD, la compañía busca estar a la vanguardia en el transporte eléctrico, y no le basta con el transporte terrestre sino que ya ha comenzado con el transporte marítimo.
Gracias a su flota actual de buques eléctricos (cuenta con dos buques operativos los cuales pueden transportar hasta 7,000 vehículos por viaje cada uno), la multinacional china puede gestionar de manera más eficiente el envío de sus automóviles al rededor del mundo, mejorando no solo sus costos operativos sino también sus tiempos de entrega.
Proyectos en marcha
Gasolineras flotantes. Por: Maersk
Maersk, una de las compañías más grandes del mundo en el transporte marítimo de mercancías trabaja en un proyecto ambicioso de “gasolineras flotantes”.
Y es que una de las principales limitantes en la transición eléctrica de barcos consiste en las pequeñas distancias que pueden recorrer los barcos, debido a que las baterías actuales aún no son capaces de dar la autonomía que proporcionan los combustibles fósiles.
El proyecto busca que las gasolineras flotantes permitan a los barcos recargar su energía eléctrica sin tenerse que detener por completo.
Amoniaco verde. Por: Yara Sluiskil
Oficialmente Yara Internacional ha inaugurado en Noruega su planta de hidrógeno y amoniaco renovables.
Busca que el amoniaco verde sustituya el combustible en el transporte marítimo, reduciendo anualmente 41.000 toneladas de emisiones de CO2 del emplazamiento.
Yara Internacional está evaluando la posibilidad de un proyecto de producción de amoniaco verde en Estados Unidos; aunque el país se ha negado durante años a producir energía eólica marina, ahora tiene docenas de proyectos en puerta.
China y Noruega como pioneros
Noruega fue el primer país en realizar un viaje de un buque porta contenedores eléctrico. Yara Birkeland transportó fertilizante mineral entre las ciudades nórdicas de Porsgrunn y Brevik.
Seguido por BYD, el cual programó el 10 de enero del 2024 desde el puerto de Yantai el primer viaje del Explorer No.1 que transportó un total de 7,000 vehículos de la compañía.
En México aún no contamos con un barco 100% eléctrico que pueda realizar viajes marítimos, sin embargo no estamos muy lejos de llegar a esto.
La idea de la electrificación del transporte marítimo no es nueva, sin embargo su demanda ha crecido no solo como respuesta a las necesidades ambientales actuales, sino también en respuesta a las normativas internacionales sobre el cuidado del medio ambiente.
La Organización Marítima Internacional asegura que esta transición permitirá que se reduzcan hasta en un 70% las emisiones de CO2. Sin embargo, aunque el noventa por ciento de la industria asegura estar lista para la transición, el 66% de ella cree necesitar de apoyo externo para poder llegar ahí.
Es momento que aquellas compañías tecnológicas se reúnan con las navieras para realizar grandes proyectos que aceleren la transición eléctrica del transporte marítimo.